El cálculo se basa en el volumen real a rellenar y en la densidad del producto.
Los datos facilitados deben entenderse como indicativos y con fines meramente estimativos, ya que no es posible tener en cuenta determinados factores que, sin embargo, pueden afectar al consumo real (como por ejemplo, la rugosidad de la baldosa, un exceso de producto residual, la falta de planeidad de la superficie, etc.).